La comunidad judía argentina realizó un homenaje a las 6 millones de víctimas del régimen nazi en el día de ayer durante un acto en el teatro Coliseo. Entre sus oradores se encontró el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. En Israel y en Varsovia también se conmemoró el aniversario.
«Hoy es un día de memoria pero también de rebelión. Recordamos, y cuando recordamos la sangre se calienta y fluye, el pecho se hincha en ese recuerdo. La autodeterminación de un puñado de hombres y mujeres que eligieron morir luchando en el gueto de Varsovia, es una evocación dolorosa pero a la vez provocadora», comenzó el funcionario.
Aníbal Fernández reivindicó a la figura y juventud de Mordechai Anielewicz, entonces comandante en jefe de la Organización Lucha Judía durante el levantamiento del gueto de Varsovia de 1943, y la tarea del pedagogo Janusz Korczak.
Luego, citó fragmentos del poema Himno de los Partisanos, de Hirsh Glik.
Fernández pidió «imaginar aquél gueto» con «escuelas clandestinas y coros que entonaban canciones tradicionales, sótanos donde se realizaron conferencias, debates desarrollados entre susurros casi inaudibles y una red de solidaridad social que ayudaba a mantener en alto la moral de todos, aún cuando pretendían someterlos al grado más profundo de lo inhumano».
«Semejante dolor a uno le hace pensar las cosas que nos han pasado como argentinos. Por Dios, nunca compararse con lo que ha sucedido en la ‘shoah’ (holocausto), jamás pretendería comparar la shoah y los 6 millones de judíos sometidos y ejecutados con nuestros 30 mil detenidos-desaparecidos, ni aquél ejercicio brutal de la fuerza con los años más oscuros de nuestra historia reciente», señaló el ministro.
A su vez, pidió permiso para «decirles con orgullo, que su idea de la memoria es exactamente nuestra idea de la memoria», y agregó que «recordar es muy importante, conocer qué existió».
«Que el estado de Israel existe, que la Shoah existió, que existieron la embajada de Israel y la AMIA. Pero déjenme también sostener que hemos aprendido que no habrá nada más fuerte que la transmisión oral para no perder esa memoria, por eso es tan impresionante y conmovedora las expresiones de David Galante (sobreviviente del holocausto) en este acto».
El funcionario pidió «redoblar los esfuerzos y aprender a convivir con todos los seres humanos, hombres y mujeres de cualquier raza, religión o etnia, comprendiendo lógicamente a aquellos que no piensan de la misma manera», y solicitó «un respeto a las ideas y formas de actuar» entre todos los «grupos culturales».
Por su parte, el presidente de la DAIA, Aldo Donzis afirmó durante su discurso que «todo comenzó con la enseñanza del desprecio, la demonización y la deshumanización del otro, del judío y del diferente», y que el holocausto debiera recordarse «por lo que nos enseña sobre la humanidad».
En ese sentido, recordó que «la bestia no ha muerto y tiene seguidores patéticos, aspirantes a genocidas, propagadores del odio», por eso reclamó que, a su vez, se realice una «denuncia de todo hecho discriminatorio, de la violación de los derechos humanos y de cada acto judiofóbico, y de la incitación al odio y destrucción del estado de Israel».
Con respecto al atentado a la AMIA, Donzis afirmó que «continúa impune, con concretas imputaciones a funcionarios y ex funcionarios oficiales iraníes», y agregó que «es sumamente grave que en Argentina haya personajes que pretendan amparar a prófugos de la Justicia, agraviando con su actitud la memoria de las víctimas».
El acto contó también con la presencia del el embajador de Israel, Daniel Gazit; y el sobreviviente David Galante, entre otros dirigentes, funcionarios, autoridades de la comunidad judía y del ámbito nacional, dignatarios de diversos credos y representantes del cuerpo ciplomático acreditados en la Argentina.
En Israel, las actividades fueron detenidas durante dos minutos mientras sirenas antiaéreas sonaron en todo el país en un tributo a los seis millones de judíos que perecieron en el Holocausto nazi.
Al finalizar, las autoridades israelíes y supervivientes del Holocausto asistieron a la ceremonia oficial de colocación de una ofrenda en el Yad Vashem, el museo del Holocausto en Jerusalén.
Este rito que conmemora el Día de la Remembranza del Holocausto se realiza anualmente. Conforme a la tradición, diversos medios difundieron música lúgubre así como relatos de supervivientes del Holocausto, 200.000 de los cuales viven en Israel y cuyo número disminuye con rapidez.
Finalmente, en Varsovia, alrededor de 7 mil judíos emprendieron una marcha hasta el ex campo de exterminio nazi de Auschwitz en memoria de los 6 millones de víctimas del Holocausto.
Los participantes en la 20ma Marcha de los Vivos portaron banderas israelíes y caminaron por los 3 kilómetros que separan los edificios de ladrillo rojo de Auschwitz I y las barracas de madera y cámaras de gas de Birkenau, o Auschwitz II.
Fuente: Agencias